Conversamos muy animados en la terraza soleada del callejón del Mercado de Barbate. Es temprano. Tomamos las clásicas tostadas con tomate y cafés surtidos. El mercado recibe el bullicio diario. En la puerta los vendedores de tagarninas se afanan troceando y embolsando. Pasean las señoras. Se compra lotería. El mercado ofrece delicias del mar que Helio y su padre el Navegante cocinan con buena mano y nos ofrecen en su hermoso patio de Zahora. Conversamos hasta el atardecer.