La obra está casi lista. La de la puerta. Han empedrado y las vallas cuidan la novedad. Los pelotones de turistas van dando tumbos. Salen como lava del buque, a fertilizar las cuentas locales. Las señoras desayunan en la terraza junto al parque, y se cuentan los kilos que se quieren bajar. Son muchos. Hablan de los sabores de los batidos que se tomarán. Hay nubosidad variable y viento racheado.
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