Los cierres siguen bajados en los bares tradicionales. El día de la santa patrona impone una agenda festiva en la Villa. La lluvia acaba en las alcantarillas y los gorros verdes se sacan de los cajones. Junto a un muro, bajo la marquesina, unos tipos se desayunan unas litronas. La pastelería tiene cola y la música del piano inunda la mañana.