La obra parece utilizar una mezcla de simbolismo mundano y elementos surrealistas. Desde la directora que realiza acciones inusuales hasta la representación de la virgen y la madre inmaculada por cinco señoritas orondas, la obra parece estar explorando significados más allá de la realidad tangible. La utilización de cuerpos para representar a otros puede sugerir una exploración de la identidad, la transformación o la conexión entre las personas. El uso de cinco señoritas orondas para dar forma a la virgen podría tener connotaciones simbólicas y estéticas. La crítica destaca la combinación de elementos como la música de Semana Santa con el retozo en la mierda, lo cual sugiere un contraste llamativo entre lo sagrado y lo profano. Este contraste puede ser una herramienta para provocar reflexiones y reacciones en el público. La obra parece buscar provocar y desafiar las expectativas del público a través de imágenes y acciones provocativas, como la directora realizando actos inusuales y la representación de actos sexuales y degradantes. La "metralla verbal" junto con una "imaginería minimalista" sugiere que la obra puede depender de la potencia de las palabras y las imágenes simplificadas para transmitir sus mensajes y emociones. La referencia a "una vez más" al final de la crítica podría sugerir que la obra está explorando temas recurrentes o que busca transmitir un mensaje que persiste a lo largo del tiempo. En general, parece ser una obra que busca desafiar las convenciones teatrales, mezclando elementos cotidianos con simbolismo más profundo, y utilizando provocación para estimular la reflexión del público. La interpretación final de la obra dependerá en gran medida de la perspectiva y sensibilidad individual de cada espectador.
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