Dos clásicos, Cumbres Borrascosas y Callejón sin salida. La primera está ambientada en la época victoriana y me recordó a Lo que el viento se llevó. Un rico terrateniente con dos hijos malcriados adopta a un niño pobre al que integra en la familia. Los hermanos lo desprecian por su origen humilde y lo tratan como a niño de establo y lo llaman gitano. El niño se lleva bien con la niña y se enamora de ella. La niña lo repudia por ser pobre y se casa con un rico vecino. El adoptado resulta finalmente ser de origen rico, hijo de un príncipe lejano y retorna para comprar la propiedad y humillar al hermano que lo despreciaba. No puede ocultar el amor por su hermanastra y se casa con su cuñada, la hermana del vecino rico, para tramar su venganza que nunca se consuma. Los amores imposibles. Un drama. En la segunda, que funciona como un decorado en el muelle con algunos interiores oscuros, se cuenta la vida de los pobres que viven en los compactos muelles del río Hudson, las familias humildes, con problemas de seguridad por las bandas de niños callejeros, que ven como los nuevos ricos se van construyendo mansiones junto al río, ahora terreno apetitoso por sus vistas y los desprecian. La historia, tiene como eje central el retorno al barrio de BabyFace, un peligroso gángster interpretado por Bogart, que buscado en toda la ciudad vuelve a su barrio de juventud para esconderse de la policía y ver a su madre, que lo desprecia cuando se encuentran y a su antigua novia, que ahora es prostituta. Otro drama.
