La vecina aparece mientras estoy sentado en el peto de cemento,
al fondo del jardín,
cenando.
—¿Qué pasa? —le digo.
—Oye —me dice—, ¿qué sabes de la guerra en Palestina?
Le resumo algunas cosas que leí; son muchas fuentes.
Me pregunta quiénes son los malos.
Le digo que hay una superioridad por un lado,
pero que hubo una matanza de israelíes hace dos años
y que la guerra es muy vieja.
—Vale, es una guerra vieja —dice—, seguro los matarán a todos.