Sunday, October 12, 2025

Aunque Fedra y Hécuba de Juan Mayorga prometen profundidad trágica y renovación contemporánea de figuras clásicas,

el resultado puede sentirse excesivamente intelectualizado, frío y verbalmente abrumador, con una prosa teatral que, en lugar de conmover, parece buscar el aplauso académico más que la emoción viva, y si bien se intuyen conflictos intensos —el deseo prohibido, la venganza, el dolor materno—, todo está revestido de una retórica tan calculada que las pasiones parecen diluidas bajo capas de discurso, lo cual, sumado a una edición apretada y poco amable visualmente, dificulta el flujo de lectura y agota antes de alcanzar alguna vibración dramática real, haciendo que incluso escenas que deberían ser desgarradoras se sientan lejanas, teóricas o declamatorias, como si los personajes hablasen para un tribunal de ideas y no desde la entraña, por lo que, lejos de la intensidad prometida, esta doble pieza se percibe como un ejercicio de estilo algo sobrevalorado, atrapado entre la solemnidad del homenaje clásico y la frialdad de un laboratorio teatral sin carne.