El butoh, arte de la desaceleración y la gestualidad, encuentra en Kazuo Ohno su máxima expresión, una danza donde el cuerpo-memoria se transforma en una presencia etérea. Su técnica, anclada en la interioridad y el simbolismo, desafía la lógica del movimiento convencional mediante una dramaturgia basada en la improvisación y la evocación de estados emocionales profundos. En escena, su cuerpo habitaba la ambigüedad, transitando entre la fragilidad y la intensidad, desdibujando las fronteras entre lo humano y lo espectral. A través de la elasticidad de sus movimientos, generaba una danza de metamorfosis, donde la poética corporal se expandía en gestos mínimos y sutiles, cargados de sensualidad y misticismo. Su técnica implicaba una profunda presencia, un estar absoluto en cada instante, como si cada paso fuera un ritual. La ritualidad de sus coreografías, marcada por el silencio y la cadencia, creaba imágenes de una espectralidad conmovedora. Su danza era una exploración de la transfiguración, una búsqueda de lo intangible a través de la sutileza y el minimalismo, donde cada postura se convertía en un eco de la memoria y el deseo. Así, Kazuo Ohno convirtió el escenario en un espacio de trascendencia, donde la danza no solo ocurría en el cuerpo, sino en la mente de quienes la observaban.
Friday, November 1, 2024
Kazuo Ono
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