No llevará anteojos nuevos, de momento. Lo aparentemente sencillo de resolver, se hizo una bola. Ya estaban fabricadas y pagadas las lentes, pero en el ajuste, en la prueba final, la distancia focal no encajaba. Decían ellos que con cuarenta se resolvía, no eran ni treinta, y se necesitaban más de cincuenta para el foco perfecto. Pusieron caras. Tienes los brazos muy largos. Esa era su coartada. Se aleja demasiado. Y le propusieron un multifocal, lo mejor que hay, te vale para todo. Casi se firma, pero al final no, más de mil por unas gafas que no se sabe si encajan, pues no. Para celebrarlo una bamba se nata. Seguirá ciego una temporada.