viernes, 4 de julio de 2025

La noción de bienestar eudaimónico

La noción de bienestar eudaimónico (EWB) ha emergido como pilar central dentro de la psicología positiva, destacándose por su enfoque en el desarrollo del potencial humano más auténtico en contraposición a visiones hedonistas del bienestar centradas en la mera obtención de placer; partiendo del pensamiento aristotélico, donde la felicidad se asocia con la virtud y la autorrealización, esta perspectiva ha sido retomada por investigadores contemporáneos como Waterman y Ryff, quienes redefinen la eudaimonía como la realización de actividades que expresan el verdadero yo o daimon, lo cual implica un compromiso profundo con metas significativas y la vivencia de experiencias personalmente expresivas que permiten el florecimiento humano; Ryff, en particular, propuso un modelo de bienestar psicológico (PWB) basado en seis dimensiones —autoaceptación, relaciones positivas, crecimiento personal, dominio del entorno, propósito vital y autonomía— que reflejan este paradigma eudaimónico; en contraste, el bienestar subjetivo (SWB) típico de la tradición hedónica se enfoca en la frecuencia de afectos positivos y la satisfacción con la vida, sin necesariamente implicar desarrollo personal; esta distinción cobra relevancia empírica, ya que investigaciones recientes señalan que dimensiones como significado y propósito están más robustamente asociadas al bienestar general que las experiencias placenteras pasajeras; a pesar de las dificultades para operacionalizar EWB, instrumentos como el Questionnaire for Eudaimonic Well-Being (QEWB) han logrado medir constructos como la autodescubrimiento, el esfuerzo por la excelencia y el disfrute de actividades significativas; en definitiva, promover EWB implica orientar nuestras vidas hacia lo que vale la pena ser vivido, fomentando una existencia alineada con la identidad profunda y el desarrollo de las potencialidades humanas más nobles.


Eudaimonic well-being (EWB), rooted in Aristotelian philosophy, emphasizes human flourishing through virtue and self-realization, contrasting with hedonistic well-being focused on pleasure. Modern scholars like Waterman and Ryff define EWB as engaging in meaningful, authentic activities that express the true self. Ryff's model outlines six dimensions—self-acceptance, positive relationships, personal growth, environmental mastery, life purpose, and autonomy—capturing this deeper approach to well-being. Unlike subjective well-being (SWB), which measures life satisfaction and positive emotions, EWB is linked to lasting fulfillment through purpose and meaning. Tools like the QEWB help assess this by focusing on self-discovery and meaningful engagement.